El cine de 1982, un año fantástico y los videojuegos que recogieron su legado - MeriStation

2022-08-07 08:13:10 By : Mr. Rick Huang

Jose María Villalobos JMVillalobos1

Hay años que son para recordar. A saber por qué, se juntan en un medio artístico un puñado de obras que se recordarán eternamente. En el cómic, por ejemplo, 1986 vio aparecer Watchmen (Alan Moore, Dave Gibbons) y Batman: The Dark Knight Returns (Frank Miller), que redefinieron para siempre los tebeos de superhéroes. En nuestro medio, es fácil pensar en el espectacular 1998 (Baldur´s Gate, Starcraft, Zelda: Ocarina of Time, Tekken 3, Gran Turismo, Half-Life, Metal Gear Solid, Grim Fandango, Resident Evil 2, Panzer Dragon Saga, Banjo-Kazooie, Pokemon Rojo y amarillo, Turok 2, Star Wars Rogue Squadron, Klonoa…) o, sin ir más lejos, 2017 (Nier Automata, Cuphead, Mario Odyssey, Zelda Breath of the Wild, Persona 5, Prey, Uncharted the Lost Legacy, Hellblade, Nioh, Hollow Knight, Assassin´s Creed Origins, Divinity Original Sin 2, Horizon Zero Dawn, What´s Remains of Edith Finch…).

En cine, lo de 1939 es para enmarcar (La regla del juego, Los violentos años veinte, La diligencia, Ninotchka, Lo que el viento se llevó, El mago de Oz, Sólo los ángeles tienen alas, Amarga victoria, Caballero sin espada, Cumbres borrascosas…). Pero es que también podemos encontrar años donde brillaron géneros en concreto. En 1982 se estrenaron en cine películas como Viaje alucinante al fondo de la mente, Creepshow, Basket Case, La cosa del pantano, Pink Floyd el Muro o El beso de la mujer pantera. El terror, el fantástico, los mundos distópicos y la ciencia ficción estuvieron bien servidos. Centrándonos en el fantástico y la ciencia ficción, tan unidos siempre, nos topamos con uno de los años más brillantes de la historia del cine. Veamos uno a uno y por orden estrictamente alfabético sus más recordados estrenos.

Ocurre en varias ocasiones de esta lista que, películas actualmente aclamadas, fueron vilipendiadas en su estreno. Blade Runner fracasó en taquilla y no hubo consenso crítico, pero el culto a su alrededor no paró de crecer en años posteriores. Su influencia en el cine, la publicidad, los videoclips musicales, la literatura, la moda o incluso la arquitectura es innegable hoy día. Las posteriores versiones, Director´s Cut en 1992 y Final Cut de 2007, no hacían más que responder a un ruido constante que se dio durante décadas alrededor de la película de Ridley Scott. Esta obra protociberpunk, mitad ciencia ficción distópica mitad cine negro estilo años 40, es hoy por hoy un clásico indiscutible que incluso fue continuado de forma espectacular por Denis Villeneuve. Curiosamente, Blade Runner 2049 volvió a pinchar en taquilla, y aunque parece evidente que no trascenderá como su predecesora, el tiempo, de nuevo, parece que está jugando a su favor.

Si hablamos de videojuegos, ahí tenemos todo un clásico muy avanzado para el año de su estreno, 1997. La aventura gráfica Blade Runner se acaba de reestrenar casi de tapadillo en PC y consolas (PS4, One y Switch) con el subtítulo Enhanced Edition. Buena acción aquí en la preservación del videojuego, y una estupenda oportunidad para que se acerquen a él los que no pudieron disfrutar, en su día, de esta historia que se mueve en el mismo contexto temporal en el que se ambienta la película original.

Por lo demás, la influencia se deja notar en decenas de productos a lo largo de varias décadas. Destacamos dos buenos ejemplos recientes estrenados ambos en 2020, el casi redimido Cyberpunk 2077 y el maravilloso Cloudpunk.

La película de John Milius con guion del propio Milius y Oliver Stone, que adapta el personaje de Robert E Howard, puso en el mapa a nuestro querido Arnold Schwarzenegger. También popularizó por un tiempo el subgénero fantástico de Espada y Brujería. Si bien nos llegaron un montón de subproductos explotation de origen italiano, en el mismo 1982 tuvimos la muy apreciable El señor de las bestias, con un Marc Singer preinvasión de los lagartos televisivos de V.

Rodada en España, la película guarda aún cierta extraña magia. Parte de la culpa es muy probable que la tenga la increíble banda sonora de Basil Poledouris, que con su tremenda presencia casi convierte los primeros minutos en una película muda. El final del prólogo, con una bellísima y serena Nadiuska, Jorge Sanz debutando como Conan de chico y James Earl Jones (la voz de Darth Vader) haciendo de malo, es pura poesía (ver vídeo adjunto).

En videojuegos, evidentemente debemos resaltar Conan Exiles, título online multijugador masivo que, lanzado en 2018, sigue hoy dando guerra con actualizaciones y expansiones que nos invitan a continuar visitando la Era Hiboria. Por supuesto, el melenudo cimmerio es la base no acreditada de cualquier juego con bárbaro al frente. En 1987 coincidían en las tiendas el Barbarian de Psygnosis con portada del mítico ilustrador Roger Dean (el de las portadas de los discos de Yes), y Barbarian: el último guerrero de Palace Software, con portada, ejem, también espectacular, pero digamos que menos glamurosa.

Jim Henson educó a varias generaciones a través de Barrio Sésamo y nos brindó a Yoda para El Imperio Contraataca. Solo por eso merecería una estatua en cada pueblo o ciudad. En 1982 se estrenaba el fruto de cinco años de duro trabajo: una película protagonizada exclusivamente por muñecos y ambientada en un mundo fantástico. Los diseños de Brian Froud cobraban vida en la pantalla gracias a la solvencia de la factoría Henson, y si bien su sencilla historia no caló lo suficiente entre el público, una vez más, como en otros casos de este artículo, el culto a su alrededor creció imparable durante décadas.

En Netflix pudimos ver una serie precuela en 2019, La era de la resistencia, que volvía a sentirse un tour de force. Mismos mimbres artesanales y ningún humano a la vista. Hasta Henson, agotado por la experiencia de Cristal Oscuro, había desistido de tal empeño fílmico para su segunda incursión cinematográfica, Dentro del Laberinto. Allí Bowie bailaba con Jeniffer Connelly en un añorado mundo habitado por enanos que fumigaban hadas y gusanos con bufanda. Y en videojuegos, el revival televisivo vino acompañado de Cristal Oscuro: Era de la Resistencia Tactics, título de tintes modestos y que no hizo demasiado ruido.

Vistos los resultados, cuesta creerlo, pero Spielberg dijo en su día que, si hubiera consultado al público hacer ET, la respuesta general habría sido negativa. Viene a colación por una industria donde, ya en los 80, primaban las encuestas, las estadísticas y los ratios de audiencia. Spielberg volvía en ET a reivindicar, tras la maravillosa Encuentros en la tercera fase, el extraterrestre bueno alejado de tópicos destructivos.

La película mostraba en su cartel lo justo. Al igual que se repitió con el cartel original de Los Gremlins (producida por Spielberg y dirigida por Joe Dante en 1984), por ejemplo, solo podíamos ver una mano del verdadero protagonista de la película. El director se aseguró que, cuando Elliot se impresionaba en su primer encuentro con la criatura moldeada por Carlo Rambaldi, el público recibiera el mismo impacto. Tremendamente emotiva y humana, ET escaló rauda hasta el puesto de película más taquillera de la historia del cine.

Por supuestísimo, debemos nombrar aquí el mítico videojuego de ET para la Atari 2600, realizado en tan solo un mes por el sufrido Howard Scott Warshaw. Las fechas mandaban, y no se podía dejar escapar la campaña navideña de 1982. La historia es harto conocida, de cómo un producto repleto de errores y de muy baja calidad saturó el mercado con cinco millones de copias, de cómo muchos fueron devueltos por un público indignado, y que, por lo caro que resultaba mantener el juego almacenado, se optó por embarcarlo en camiones y enterrar las copias en el desierto de Nuevo México (leyenda verificada finalmente, documental mediante). Ese desprecio por el medio era extensible a muchas compañías, que fabricaban títulos infames como churros, lo que derivó en la famosa crisis del 83 que casi mata a la industria estadounidense.

En 1978, El señor de los anillos, la versión animada de Ralph Bakshi, traumatizó con su oscuridad a más de un infante. No había conciencia del cine de animación de enfoque adulto, así que los niños eran metidos en salas oscuras donde las imágenes proyectadas les iban a hacer mella de por vida. Todavía pasaba en 1988 cuando se estrenó la potente Akira, proyectada sin pudor en sesiones infantiles, pero en medio, en nuestro venerado 1982 (español, el 23 de marzo, porque en Estados Unidos se estrenó meses antes, quedándose en 81), pudimos disfrutar de la más radical de todas ellas.

Heavy Metal respondía en su nombre a la versión americana de la prestigiosa revista de cómics francesa Metal Hurlant que habían fundado los Humanoides Asociados (Jean Giraud/Moebius, Jean-Pierre Dionnet, Philippe Druillet y Bernard Farkas) en 1974. En España la película hizo carrera en los videoclubs, donde niños y padres picaron con eso de que era de dibus. Adaptando relatos de Richard Corben (aunque el resultado no le hace justicia), Bernie Wrightson (este sí, un señor capítulo) o captando el tono de Moebius en un espectacular final, Heavy Metal dejaba a las claras sus intenciones al poco de empezar con un desnudo femenino integral y su consiguiente escena de sexo. Aquello debió ser como cuando los Sex Pistols aparecieron en la televisión británica el 1 de diciembre del 76, con padres dando puntapiés al televisor para que semejante afrenta no entrara en casa.

No tenemos adaptaciones de Heavy Metal como tal, pero sí juegos que adaptan el tipo de dibujo de línea clara del que fue tan representativo Moebius. Ahí están por ejemplo Sable y el inminente Rollerdrome. El primero encaja a la perfección con la estética del autor francés con una mezcla adicional cercana al Studio Ghibli. El segundo nos trae de vuelta las películas distópicas setenteras al estilo de Rollerball.

Del extraterrestre bueno que triunfa que era ET, al informe malote que naufraga en La Cosa. Se trata de una de las cumbres de John Carpenter, un tipo al que todo el mundo quiere y admira, que había dado una vuelta de tuerca a la casa asediada por zombis de Romero con Asalto a la comisaría del Distrito 13, cimentado el slasher juvenil de asesino inmortal con La noche de Halloween (1978), que inspiró al Snake de Metal Gear Solid con 1997, rescate en Nueva York (1981), que crearía sin querer la plantilla para lo que sería Mortal Kombat en Golpe en la pequeña China (1986), que nos regalaría unas gafas con la que revelar el control de los mass media en Están vivos (1988) y que realizaría uno de los cruces cinematográficos más maravillosos (y desasosegantes) entre Stephen King y H.P. Lovecraft con En la boca del miedo (1994).

Parece increíble que una de sus obras más potentes y redondas, como es La Cosa, pinchara en taquilla. Película inspirada en el clásico de serie B de 1951 El enigma de otro mundo, Carpenter nos brinda un extraterrestre terrorífico e inenarrable. Pero es que la tensión que transmite la película en cada fotograma está a la altura de la creación de Rob Bottin. La música de Ennio Morricone se perfila como el peligro latente, casi como los latidos al ralentí cuando contenemos la respiración. Un trabajo actoral a la altura, que responde a un sólido guion de trabajadas situaciones y personajes, da como resultado una experiencia asfixiante, angustiosa e inolvidable.

Su espléndido y abierto final no dio una secuela sino una precuela de idéntico título. La Cosa (2011) nos contaba la tragedia antártica sucedida en la estación base noruega. Aunque producto solvente, su resultado no alcanza las cotas de la entrega de 1982, empezando por unos sus efectos digitales que no ensombrecieron ni un ápice la fisicidad de los originales. Lo que sí resultó un digno sucesor fue el videojuego de 2002 The Thing. Este survival horror para PC, PS2 y la primera Xbox (Microsoft, por favor ¡hazlo retrocompatible!) lograba transmitir la angustia, la tensión y la incertidumbre de la película de Carpenter, haciendo dudar de qué compañeros eran humanos o la cosa mimetizada. Toda una sorpresa que se mantiene como un pequeño clásico.

Cualquier chaval que ahora mismo vea Poltergeist se la beberá como si fuera agua. La familiaridad se transmite a través de la moda instaurada por series de tono ochentero como Stranger Things: Terror, familia, casa que guarda portales al más allá y zonas residenciales norteamericanas. La película triunfó espectacularmente en su momento, tanto que dio de sí dos partes más de desigual fortuna.

Más allá de la leyenda negra que acompañó a la saga (varias muertes en el equipo, incluida la niña protagonista), la polémica que llega hasta nuestros días habla de que la película fue rodada en secreto por Spielberg (productor de la cinta, no podía dirigirla por cuestiones legales al estar liado con ET) en lugar del acreditado Tobe Hopper. Si bien es cierto que es una película muy Spielberg, momentos terroríficos como el investigador que se arranca la cara, parecen cosecha más propia del tipo que tenía en su filmografía una absoluta obra maestra del horror como es La matanza de Texas (1974). Aunque bueno, en 1984 Spielberg nos iba a dejar estupefactos en el cine con un tipo arrancando el corazón a un pobre desgraciado, y sosteniéndolo mientras aún latía, en la segunda peli de Indy, así que, quién sabe.

Haremos como que el remake de 2015 nunca exisitó, por lo que podemos pasar directamente a hablar de videojuegos. Nos valdría con cualquiera que incluya fantasmas y casa encantadas. En ese nicho posiblemente uno de los más relevantes sea el terrorífico Layers of Fear, que además tiene una adaptación a VR. Haciendo la pirueta ya que tenemos aquí a Tobe Hopper, podemos nombrar Resident Evil VII, ya que trae de vuelta el horror rural en la América Profunda de La Matanza de Texas. También disponible para realidad virtual, no podemos recomendar esa versión a todo el mundo, que no queremos demandas por los infartos que pueda causar.

El apabullante éxito de La Guerra de las Galaxias en 1977 (entonces aquí no era ni Star Wars, ni estaba encabezada por Episodio IV) dio vía libre a la ciencia ficción de alto presupuesto en el cine. La serie de televisión de Star Trek ya era una obra de culto, así que no resultaba extraño que se trasladara a la gran pantalla. El elegido para dirigir tal acontecimiento fue el veterano y todoterreno Robert Wise, que tenía en su haber uno de los clásicos más recordados de la edad de oro de la scifi de los 50, Ultimatum a la Tierra (1951). El resultado fue demasiado serio, filosófico y solemne comparado con la fiesta de western y espadachines camuflado que era la película de Lucas. Aun así, se convirtió en el puntal sobre el que armar una larguísima franquicia cinematográfica que llega hasta nuestros días.

Star Trek II, la ira de Khan era más modesta en presupuesto y pretensiones, pero a la vez, también mucho mejor que su pomposa antecesora. Ricardo Moltanbán nos regalaba un malo carismático que tuvo su remedo en el rostro de Benedict Cumberbatch nada menos que 31 años después en la estupenda Star Trek: en la oscuridad (2013). Cabe resaltar también aquellos bichos que se introducían por el oído y te dejaban grogui, y la impactante secuencia, para la época, de la génesis de vida en un planeta, realizada totalmente en CGI.

Podríamos nombrar ahora videojuegos que adaptan la franquicia, desde aventuras gráficas clásicas a experiencias VR, aunque si los hay que transmiten a la perfección la máxima de “La última frontera” y el sentido del misterio y la aventura de los antiguos exploradores, estos son No Man´s Sky y Elite Dangerous. Os animamos a que echéis un vistazo a este artículo que publicamos al respecto hace ya un tiempo: Postales para un picnic galáctico. Por supuesto, mencionamos en él las evocadoras frases del capitán Kirk en su cuaderno de bitácora.

Y hablando de animación por ordenador, no podemos olvidarnos de la pionera Tron, la última película de esta fantástica lista. Disney se encontraba en una situación delicada (en realidad, hasta el estreno de La sirenita en 1989, los 80 fueron una etapa muy extraña para la compañía). Ese mismo 1982 estrenaron Nimh, el mundo secreto de la señora Brisby, de ese loco maravilloso que es Don Bluth, y ninguna de las dos triunfó en taquilla.

En el caso de Tron, como hemos comentado por aquí en otras ocasiones, se trataba de un proyecto absolutamente vanguardista que no entendió ni el público ni la propia Disney. Videojuegos, programadores y entornos cibernéticos para una historia sencilla que seguía a pies juntillas el clásico camino del Héroe. Dos de los pesos pesados a nivel artístico que habían estado en Blade Runner realizaron aquí su labor diferenciadora: Moebius y Syd Mead. El primero para los personajes y el segundo brillando con los vehículos, nos ofrecieron una iconografía por la que no pasa el tiempo. Mítica es la secuencia de las motos de luz que os dejamos a continuación.

A pesar del sonoro fracaso de la película, su culto no ha hecho más que crecer. En 2010 se estrenaba Tron: Legacy acompañada del videojuego Tron Evolution. Es extraño que una película tan ligada al medio solo tuviera adaptaciones jugables de su mundo en el año de estreno de la película original, y de ahí a los títulos que se alimentaron del revival ya en el Siglo XXI. De todas formas, es innegable la influencia que ha tenido en el cine y los videojuegos. Es curioso, por ejemplo, cómo la película de 2010 es deudora del fenómeno Matrix, cuando precisamente la película de las Wachowski es deudora de la obra original del 82.

Y hasta aquí hemos llegado. Ha sido todo un viaje al pasado que, como habéis podido observar, crea lazos hasta nuestros días. Y ahí está la clave y la constatación de lo que ocurrió en el género fantástico ese año, que su importancia, influencia y relevancia han mantenido a gran parte de esas obras ajenas al paso del tiempo. No son pasado, son eterno presente. Así pues, sigamos por siempre disfrutando de ellas.

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