Qué trabajo emplear en la concesionaria - Diario Alfil

2022-07-01 18:55:10 By :

La noticia viral de la semana fue la de un hombre que decidió ahorrarse un montón de problemas al no contratar a una persona políticamente comprometida.

Por Javier Boher javiboher@gmail.com

A esta altura de la semana (que estamos arrancando la nueva y un poco que estamos terminando la vieja) es difícil definir un panorama. Algunas veces hay que hacer un balance de lo que pasó y otras veces adelantarse a lo que va a pasar. Hoy me parece que debemos optar por escaparnos -pero no mucho- de la política que hacemos siempre.

Seguramente para alguien tan informado como usted no ha pasado desapercibido el tema que han tocado todas las radios esta semana. Yo me imagino a los productores pensando en cómo pueden hacer para aumentar la participación de la gente cuando les cayó de encima este regalazo: “No la contrataron por ser feminista”.

¡Fuaaaa! Tiene más gancho que Joe Frazier. Si ahora se habla de “click bait” para ese tipo de titulares, esta carnada para el click es la más suculenta de todas. ¡La de mojarritas que sacaríamos con esa carnada!. Es imposible que no se haga más viral que el Covid.

Por las dudas le refresco cómo fue el tema. Resulta que una chica se quedó sin la posibilidad de arrancar un nuevo trabajo por sus estados de Whatsapp. El encargado de la concesionaria (o el dueño, es irrelevante) le mandó un mensaje para decirle que ese era el motivo por el cual no la iban a contratar.

El tipo le dijo que ese era un ambiente machista, que los compañeros hacen chistes en ese tono y que algunas mujeres se ofenden y agarran para cualquier lado. Que se quiere ahorrar el mal rato por emplear a lo que para ella serían “opresores machistas” eligiendo para el puesto a alguna “oprimida por el patriarcado” que se ría de esos comentarios y se haga la zonza.

La verdad, amigo lector, para mí nadie se debería quedar sin trabajo por sus ideas políticas. Es como que no aprendimos nada después de 350 años de doctrina liberal, con casi 170 de haberlo consagrado en la Constitución de 1853. Peeeero… es muy fácil entenderlo al machirulo este de la concesionaria.

Supongamos que en lugar de poner pañuelo verde, viva el aborto o cualquiera de esas causas usurpadas por kirchnerismo la chica tenía algo que dijera “Salvemos las dos vidas” o “No fueron 30.000”. Y que el posible empleador, ya que seguimos con las suposiciones, fuese un ex detenido de la dictadura, o que tiene un familiar desaparecido o que comulga con la libertad de elegir interrumpir un embarazo. Ahí la cosa cambia.

Es decir, no cambia el fondo: el potencial trabajador dice algo con lo que no está de acuerdo quien ofrece el lugar de trabajo. Podría ser hincha de Galleres y no querer contratar a los de Belgrido y viceversa. ¿Está bien decidir dejarlo sin la posibilidad de tener un trabajo? Y por el otro lado, ¿se lo puede culpar por no querer comerse el perno de un empleado problemático?.

Este tipo de cosas, amigo lector, muestran cómo hemos ido retrocediendo en algunas cosas. Quizás al dueño de la concesionaria no le molestan las causas en sí, sino el tipo de persona que las ha adoptado como la razón de su vida, otro elemento identitario para que quede en claro qué piensan del mundo y de los empleadores opresores, machistas y neoliberales.

Yo me imagino al tipo llegando un lunes y que le hayan pintado la puerta de la oficina con un “gerente, basura, vos sos la dictadura” por no haberla dejado atender a la gente con unas franciscanas gastadas o por recomendarle que se afeite el bigote para no espantar a los clientes cisgénero, binarios y no aliades.

La partidización de las causas es lo que nos está alejando, estimado. A nadie le importa realmente lo que piense el otro, solo quiere ir a trabajar tranquilo, poner una linda sonrisa falsa y volverse a su casa con la satisfacción de haberle hecho creer a todos que uno es un buen y valioso empleado. El resto es sarasa.

Ojo, que yo con esto no quiero decir que todo me de lo mismo y que haya que andar aguantándose cualquier cosa de parte de la gente con la que uno se cruza, pero tampoco exagerar como para que la gente no nos quiera tener al lado. Hay una diferencia entre avalar una causa y hacer de una causa el motor de nuestra vida.

Esto me hace acordar a cuando la izquierda sale a hacer marchas con palos y tira piedras a lo pavo. Después se quejan si la policía reparte bastonazos, como si pretendieran que los policías salten a cabecear las piedras para meterlas en el arco. Si uno es políticamente comprometido se tiene que bancar las consecuencias de ese compromiso, sino es todo verso, militancia de redes sociales.

Lamentablemente esas son las reglas ahora. El disenso es visto como un mal, porque algunos se encargan de llevarlo a un extremo intolerable. Hay que ser un poco más relajado y que todo le importe menos. Es como dice la frase, la política es algo demasiado importante como para tomársela en serio.

Con esas cosas de género y kirchnereadas varias hay que andar con más cuidado que por la costanera de noche. Uno nunca sabe cuándo los ofendidos (como la de la concesionaria, que salió a hablar por toda la red de medios propagandistas del régimen) nos van a incinerar por esa pequeña causa que le da sentido a sus mediocres exostencias.

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