El martillo es una herramienta clásica que se destaca por su resistencia y versatilidad. ¡Conoce los distintos tipos y escoge el ideal para ti!

Seguramente en tu casa cuentas con un martillo, o incluso varios, que están destinados a realizar actividades básicas de reparación. Esta es una herramienta utilizada para golpear un objeto o punto en particular, con la que puedes desclavar, empujar o deformar artículos, paredes o muros dependiendo de su tamaño. 

Las partes del martillo se conforman de una cabeza, en su mayoría de acero y de un mango de madera, que también puede ser de plástico y otros materiales para poder sostenerlo. Conoce cada una de ellas en detalle:

La cabeza del martillo es una parte fundamental de esta herramienta pues es donde se encuentra la zona específica para realizar todas sus funciones. Algunos martillos están fabricados de hierro o acero porque necesitan ser muy resistentes para soportar los golpes a los objetos o muros. 

Por otro lado, la cabeza se divide en dos partes: la primera consta de cotillo, que se trata de la parte dura y contundente; y luego está la peña, que se divide en dos extremos con los cuales se sacan puntillas, tornillos y otros elementos pequeños. 

Se trata de la parte larga del martillo con la que se direcciona el golpe. 

Por lo general, su material es de madera recubierto de plástico o goma para evitar que se deslice mientras golpeas algún objeto. 

El martillo se puede utilizar para diferentes situaciones, por lo que se necesitan de distintos tipos para poder realizarlas de manera eficiente. 

Este funciona como una herramienta dos en uno ya que cuenta con la precisión y fuerza de un martillo tradicional pero con el agregado de ser funcional para realizar cortes certeros a chapas o metales. 

Son los más comunes y funcionales del mercado gracias a su base redonda y contundente y a su uña capaz de extraer clavos o tuercas. Son usados para tumbar planchas de tabla roca y en el área de la construcción. 

Si lo que deseas es reparar o alisar piezas metálicas, el martillo de chapista es una excelente opción. De este martillo se desprenden varios modelos tanto de puntas planas o de puntas fresadas. El más famoso es el que tiene la zona de impacto abombada o plana. 

Su uso es más frecuente en actividades de hojalatería y de ingeniería gracias a su cabeza cilíndrica y superficie plana. Por su parte, su mango es una combinación de acero y madera con una goma plástica como recubrimiento. 

Son recomendados para superficies que no resisten tanta presión o fuerza porque sus materiales son de nylon y tienen una cabeza mucho más suave que los diferentes tipos de martillo que existen. Son indicados para demolición de tabiques de albañilería. 

Son utilizados para golpear cinceles y tener mayor delicadeza en el impacto. Cabe destacar que entre más grandes sean, más resistencia tendrán. 

Este modelo es el más recurrente en los trabajos de carpintería pues no pesa mucho y es de fácil manejo. Al igual que otros modelos de martillo, su cabeza se divide en dos partes: un extremo de golpeo en forma cuadrada y al otro lado una cuña para tareas que impliquen mayor delicadeza. 

Seguridad al usar un martillo

Es necesario utilizar gafas protectoras para prevenir que haya molestias en los ojos o rostro por algún material que salte. A su vez, si se va a martillar durante un largo tiempo, lo ideal es usar tapones para los oídos. 

Revisa que la zona en donde trabajes se encuentre despejada, segura y utiliza el martillo indicado para cada material y actividad. ¡Evita cualquier tipo de accidente y encara tus proyectos de forma segura!

Imágenes: Freepik y Unsplash