Alfred Hitchcock pagó el 60% de su película “Psicosis” para dar rienda suelta a 10 obsesiones | Perfil

2022-06-24 18:55:25 By : Ms. Monica Mao

Editora Mónica Martin monicamartin.turismo Más notas de Mónica Martin

Psicosis envejece –hoy cumple 62 años- pero es una de las pocas películas de terror que siempre es fresca y mantiene su status de “pieza maestra” entre los cinéfilos y el público en general.

En 1992, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la consideró una película “cultural, histórica o estéticamente significativa” y decidió atesorarla para la posteridad en el National Film Registry.

Para el American Film Institute (AFI), ocupa el puesto número 1 entre las Mejores Películas de Terror de todos los tiempos. ¿Vale la pena?

Piscosis es una película en blanco y negro, de bajo presupuesto y alta tensión, basada en un hecho real –el caso de un asesino serial de Wisconsin, Ed Gein. Es la historia de un hombre solitario y misterioso, Norman Bates (Anthony Perkins) que vive con su madre enferma en una casona gótica y alquila cuartos de su hotel desvencijado a viajeros de paso.

Si aún no la vio, tal vez eso no le diga mucho, pero la sola mención de una de sus escenas más famosas, una de las más plagiadas de la historia del cine, lo orientará aunque no la conozca: el asesinato a sangre fría de una rubia mientras está duchándose.

En realidad, la secuencia de la ducha ratificó a su director, Alfred Hitchcock, como el maestro del suspenso que ya era, pero lo convirtió en el padre del cine del terror o más precisamente del subgénero “slasher” (Dementia 13, Viernes 13, Halloween, Pesadilla, etc) aquel en el que no pueden faltar un piscópata, un cuchillo o similar (hacha, sierra eléctrica, etc) y una joven inocente.

Sin embargo, en la toma nunca asoma ni el asesino ni el puñal que la dejan morir a solas en la bañera, mientras el agua ensangrentada sigue colándose por la boca de desagüe de la bañera.

Alfred Hitchcock había leído la novela original de Robert Bloch, Psycho, apenas la compró en una librería del Reino Unido, en 1959. Quedó hechizado por el relato y le pareció que él, un nombre ya consagrado en Hollywood, podría tener un enorme éxito con este thriller psicológico.

Sin embargo, los estudios Paramount no pensaban lo mismo, aunque siempre le habían dado vía libre para elegir locaciones, convocar actores caros y hacer y deshacer a su antojo en guiones y rodajes.

Paramount, que estaba acostumbrada a pagar caro sus negocios (los filmes de Cecil B. De Mille, incluida su fastuosa Cleopatra con Claudette Colbert, por ejemplo) rechazó el proyecto de Hitchcock, aunque de mucho menor costo, porque el guion liquidaba a la protagonista antes de promediar el relato, en el desconcertante minuto 45.

Y, además, a Paramount le resultaba tan sangrienta que temía que la censura les cayera encima en un momento en que los controles eran muy estrictos.

Ese puritanismo era una herencia de la década del 30 que restringía cualquier escena de sexo, consumo de alcohol y estupefacientes, el lenguaje indecoroso o cualquier cosa que pudiera ofender "los estándares morales de la audiencia".

Gracias a Rouben Mamoullian, la productora ya tenía experiencia en thtrillers, pero por más que Hitchcock hubiera intentado explicarles que la máxima de “no escandalizar” seguía rigiendo su cinematografía, no le creían (y eso que aún el director no había conocido a la actriz Tippie Hedren, otra de sus obsesiones, a quien llegó a enviarle un ataúd vacío por correo, como obsequio).

Y mirado a la distancia, los resquemores de Paramount no eran infundados. Psicosis "abrió el grifo" de la violencia sangrienta en las pantallas cinematográficas, facilitando el trayecto hacia filmes como  Bonnie and Clyde (Arthur Penn, 1967) y La naranja mecánica (Stanley Kubrik, 1971) por mencionar sólo una gota.

Finalmente, cuando Hitchcock coqueteó con Universal y terminó renunciando a su sueldo (no a un buen porcentaje de ganancias) para abaratar costos, propuso rodarla sin estrellas, en blanco y negro, con muchos interiores y utilizando su propio equipo de televisión (el de la serie Aldred Hitchcock presenta), Paramount aflojó, compró los derechos para inmovilizar a la competencia y se tiraron juntos a una pileta sin agua para hacer añicos todas las reglas de oro del cine de entonces.

El mejor ejemplo de la bofetada que significó Psicosis para la industria es que era casi una película de cine mudo: los personajes sólo hablan durante el 50% del film.

Sin embargo, Psicosis fue uno de los mejores negocios de su vida, tanto para Hitchcock como para Paramount. La película sólo costó US$ 800.000 y en 1960 ocupó el segundo puesto en el ranking de las más vistas de ese año, detrás de Espartaco (Stanley Kubrik, 1960) que recaudó US$ 60.000.000 pero costó 15 veces más que Piscosis, la película más vista de toda la filmografía de Alfred Hitchcock que ya sobrepasó los US$ 30 millones en recaudación.

El rodaje de Psicosis comenzó en los estudios Paramount el 11 de noviembre de 1959, luego del estreno de Con la muerte en los talones (North by Northwest) y todo estaba rodeado del mayor de los secretos. Lo actores tenían prohibido dar entrevistas y los periodistas nunca pudieron ingresar a un set.

Hitchcock, el más neurótico de todos, encargó a su agente Peggy Robertson que comprara todos los ejemplares disponibles de la novela de Bloch. No quería que alguien conociera la historia ni le “spoilee” la vuelta de tuerca del final antes del estreno. 

Durante el rodaje, no recibieron periodistas en el set y los actores debieron firmar un contrato de confidencialidad.

De todos modos, revistas como Variety y The Hollywood Reporter fueron consiguiendo algunas comidillas que no hicieron sino aumentar el suspenso. El rodaje concluyó el 1 de febrero de 1960 y se estrenó en Nueva York el 16 de junio.

Y las promociones fueron psicóticas: “No cuente nuestro final ¡Es el único que tenemos!” advertían los posters promocionales, una prohibición que no hacía sino aumentar el interés por el secreto oculto de la película.

No hubo funciones de prensa para la crítica especializada que conoció la obra a la par que el público. Estaba prohibido ingresar a una sala de exhibición una vez que hubiere comenzado la función y había guardias uniformados que lo controlaban.

“En Psycho, el argumento me importa poco, los personajes me importan poco; lo que me importa es que la unión de los trozos del film, la fotografía, la banda sonora y todo lo que es puramente técnico podían hacer gritar al público”, dijo Alfred Hitchcock a François Truffaut cuando el célebre director francés lo entrevistó en Los Angeles, en 1962.

“No es una gran interpretación lo que ha conmovido al público. No era una novela de prestigio lo que ha cautivado al público. Lo que ha emocionado al público era el film puro”, agregó el cineasta inglés.

En el Reino Unido se realizó una vez una encuesta que posicionaba Psicosis como la película más aterradora en la historia del cine, superando a El Fantasma de la Opera (2004) de Andrew Lloyd Webber e incluso a la melodía “Tubular Bells” de Mike Oldfield, que acompañó los horripilantes momentos El Exorcista (1973).

1. El protagonista, Anthony Perkins tenía 28 años cuando fue contratado para protagonizar Psicosis, no era un novato, pero fue antes y un después, y quedó traumatizado por su rol. Ya había trabajado en 11 películas y luego haría otras 40. No sólo a él sino también al público le costó mucho desprender su imagen de la del psicópata Norman Bates que vive en Arizona y cree que el cuerpo de su madre habita dentro de él.  

2. En Psycho, Hitchcock despuntó su manía por los pájaros, que sería la obsesión de su siguiente película, Los Pájaros (1963, con Tippie Hedren).

“Los pájaros disecados me interesan mucho como una especie de símbolo. Naturalmente, Perkins se interesa por los pájaros disecados porque él mismo ha disecado a su madre”, reveló Alfred Hitchcock a François Truffaut.

“Pero hay una segunda significación, por ejemplo con el búho; estos pájaros pertenecen al dominio de la noche, son acechadores y esto halaga el masoquismo de Perkins. Conoce bien a los pájaros y se sabe observado por ellos. Su propia culpabilidad se refleja en la mirada de esos pájaros que vigilan y el motivo de que le guste la taxidermia es que su propia madre está llena de paja”, remata el director británico.

3. En rigor, en Psicosis nunca se ve cómo el cuchillo de Norman Bates se hunde en el cuerpo de Marion Crane, pero filmarlo fue una pesadilla.

“El rodaje del asesinato de Janet Leigh a puñaladas duró siete días y tuvimos que realizar 70 posiciones de cámara para obtener 45 segundos de película”, reveló Hitchcock en sus conversaciones con François Truffaut en 1962.

“Para esta escena me habían fabricado un maravilloso torso artificial con sangre que debía brotar bajo la presión del cuchillo, pero no me serví de él. Prefería utilizar a una muchacha, una modelo desnuda, que servía de doble de Janet Leigh. De ésta no se ven más que las manos, los hombros y la cabeza”, explicó.

4. Hitchcock pretendía tal realismo cinematográfico que torturaba a sus actores. Como no le gustaban las expresiones de espanto de Janet Leigh, optó el mismo por empuñar el cuchillo y meterse en la ducha para horrorizarla haciéndole temer de lo que sería capaz, si no resolvía la escena.

Tiempo después la actriz confesó que durante el resto de su vida evitó los baños en ducha. Aunque Hitchcock dijo que nunca la había tocado con el filo del arma cortante, se hicieron pericias posteriores que demostraron lo contrario.

Por suerte, eso sí, la sangre sólo fue jarabe de chocolate.

5. Cuando se estrenó Psicosis en el Reino Unido fue clasificada como una película "X" -sólo para adultos-; sin embargo, su maestría de montaje cinematográfico instaló una manera de narrar que naturalizó la presencia de la sangre en la pantalla. Hoy, en Gran Bretaña, se la cataloga como película "para mayores de 15 años".

6. Son muchos los críticos de cine que consideran que la escena de la ducha cambió la historia del cine. Piscosis fue el mayor éxito de Hitchcock y también abrió los ojos a los productores que vieron en el sexo y la violencia del relato cinematográfico un potencial éxito en las boleterías.

7. Bastará ver los primeros minutos de la película, con esa cámara que sobrevuela Arizona para entrar por la ventana del Motel Bates y encontrarse con una mujer en corpiño, Janet Leigh, y su amante sin camisa en la cama, para comprender que Alfred Hitchcock sí quería pasar la raya de lo permitido. El adulterio ya era un hecho.

Podría decirse incluso que Psicosis fue en parte una producción independiente porque Hitchcock –que pagó de su propio bolsillo el 60% del total de costos- quería sentirse total dueño de lo que hacía y, desde luego, desafiar a su antojo la censura reinante.

8. El director quería que un tercio de esta película de pocos diálogos se expresara a través de una banda sonora que crispara los nervios. El compositor elegido fue Bernard Herrmann, autor de The Murder, la melodía que se escucha cuando Marion Crane es apuñalada en la ducha. En todas las composiciones para diversos pasajes de la película, Herrmann utilizó instrumentos de cuerda, y logró el efecto aterrador y siniestro que se proponía.

9. Sin protagonista en la mitad de la película, la orfandad del público se compensaba con una imprevista vuelta de tuerca emocional. La solidaridad del público viraba hacia el personaje de Norman Bates: un asesino mentalmente enfermo, hostigado por una madre a la que debía atender sin descanso y el público sentía compasión. Otro escándalo latente.

10. La casa gótica y aterradora en la que Norman Bates vive con su madre crea un clima oscuro, asfixiante y esencial en la película Psicosis. Fue construida siguiendo la inspiración de un cuadro de Edward Hopper, The house by the railroad (1925). Es una atracción turística y puede visitarse.